OÍR EL EVANGELIO para ser salvos
“…Agradó a Dios mediante la… predicación salvar a los que creen”, 1ª Corintios 1:21 (NBLH).
Repara en la palabra “salvar”. Dios es el único que puede salvarnos, 1ª Timoteo 1:15; Lucas 19:10.
¿Salvarnos de qué?
- Del dominio de Satanás.
“Dios nos rescató del poder de la oscuridad (“del dominio de la oscuridad”, BAD) (“del poder de las tinieblas”, Castillian) y nos hizo entrar al reino de su Hijo amado, quien pagó el precio de nuestra libertad y así tenemos el perdón de nuestros pecados”, Colosenses 1:13-14 (PDT).
“Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre —el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte”, Hebreos 2:14-15 (NTV).
- Del poder del pecado.
“Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna. Al morir, el pecado perdió su poder sobre nosotros”, Romanos 6:6-7 (TLA).
“Antes, ustedes eran esclavos del pecado. Pero gracias a Dios que obedecieron de todo corazón la enseñanza que se les dio. Ahora ustedes se han librado del pecado, y están al servicio de Dios para hacer el bien”, Romanos 6:17-18 (TLA).
“Por medio de él, ustedes pertenecen a Jesucristo, quien se ha convertido en la sabiduría de Dios para nosotros. Por medio de Cristo, Dios nos aprueba, nos libra del pecado y nos santifica», 1a Corintios 1:30 (PDT).
- De la condenación eterna.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”, Juan 3:16.
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”, Juan 5:24.
“Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”, Juan 10:28.
La Biblia dice que es “una salvación tan grande”, Hebreos 2:3.
Ahora bien, para ser acreedor de todas estas bendiciones uno debe convertirse en cristiano (Hechos 11:26) o discípulo de Jesús, Mateo 28:19.
Y nadie puede ser un discípulo de Jesús a menos que crea en Él. Y nadie puede creer en Jesús a menos que haya oído hablar de Él. “…¿Cómo creerán en Aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?…”, Romanos 10:14 (NBLH).
La salvación comienza cuando una persona ESCUCHA EL EVANGELIO
Y nadie puede escuchar el evangelio a menos que alguien se lo predique: “…Para que alguien pueda oír el mensaje tiene que haber otro que le hable de Cristo”, Romanos 10:17 (PDT).
Dios anhela que todos tengan la oportunidad de escuchar el evangelio, por eso “Cristo… nos ha encargado que anunciemos a todo el mundo esta buena noticia”, 2ª Corintios 5:19 (TLA); Lucas 24:45-47; Mateo 28:19; Marcos 16:15; Hechos 1:8.
El plan eterno de Dios es salvar al hombre perdido por medio del evangelio que ha de ser predicado. Pablo dijo: “…No me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvar a todo el que cree…”, Romanos 1:16 (SA).