¿Existen condiciones para la salvación?
La salvación es por gracia, Efesios 2:8. Por eso predicamos “el evangelio de la gracia de Dios”, Hechos 20:24. El hombre no puede salvarse a sí mismo. Fue necesario que Cristo viniera y se convirtiera en nuestro Salvador, siendo el perfecto sacrificio por los pecados de todos. Pero no todos se salvan. Jesús dijo: “Angosto es el camino que lleva a la vida, y pocos son los que lo hallan”, Mateo 7:14. ¿Por qué no todos se salvan? Porque no todos obedecen. El evangelio que debe ser predicado revela las condiciones que Dios exige para alcanzar la salvación, Romanos 1:17.
¿Y quiénes se salvan?
Los que obedecen a Dios. “Jesús… es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen”, Hebreos 5:9 (BLA).
El hombre tiene que obedecer los requisitos bíblicos para ser salvo y, luego tiene que seguir obedeciendo, si quiere seguir siendo salvo. La Biblia llama a eso “obedecer al evangelio”, Romanos 10:16; 1ª Pedro 4:17; 2ª Tesalonicenses 1:8.
Jesús dijo: “…Solo entrarán (al cielo) aquellos que… hacen la voluntad de mi Padre…”, Mateo 7:21 (NTV). “No todos los que dicen que yo soy su Señor y dueño entrarán en el reino de Dios. Eso no es suficiente; antes que nada deben obedecer los mandamientos de mi Padre…”, Mateo 7:21 (TLA). “No es suficiente con solo oír el mensaje de Dios. Hay que obedecerlo”, Santiago 1:22 (PDT). “…El que cumple la voluntad de Dios permanece eternamente… el que hace lo que Dios manda vive para siempre”, 1ª Juan 2:17 (BPD, TLA). “Dios dará su aprobación a los que obedecen…”, Romanos 2:13 (PDT); Romanos 1:5, 2:3, 16:26; 1º Samuel 15:22; Lucas 6:46, 11:28; Juan 13:17, 14:15, 21.
Observa lo que Pedro dijo: “Al obedecer la verdad ustedes quedaron limpios de sus pecados…”, 1ª Pedro 1:22 (NTV). Pablo dijo lo mismo de los cristianos romanos: “Antes eran esclavos del pecado, pero… obedecieron… la enseñanza que se les dio… y fueron liberados del pecado…”, Romanos 6:17-18 (PDT). ¿Cuándo encontraron éstos la salvación? ¡Cuando obedecieron el evangelio!
¿Y los que no obedecen?
“Los que… no obedecen a la verdad… recibirán el gran castigo de Dios”, Romanos 2:8 (NBLH, BAD). “Cuando el Señor Jesús aparezca… traerá juicio sobre los que… se niegan a obedecer… al evangelio… los cuales sufrirán pena de eterna perdición…”, 2ª Tesalonicenses 1:7-9 (NTV, RV60); 1ª Pedro 4:17. Hay que “obedecer a Dios, porque si no lo hacen jamás lo verán cara a cara”, Hebreos 12:14 (TLA). ¿Lo ves? ¡Solo los obedientes son salvos!
Entonces, la salvación es ofrecida a todos (Tito 2:11-12; Marcos 16:15-16) y Dios quiere que todos se salven (2ª Pedro 3:9; Ezequiel 33:11; 1ª Timoteo 2:4), pero no todos se salvan porque “no todos obedecen el evangelio”, Romanos 10:16.
¿Qué significa obedecer el evangelio?
Obedecer el evangelio implica:
- Oír el evangelio. La fe que necesitamos para ser salvos “es el resultado de oír el mensaje… de escuchar atentamente la palabra de Dios”, Romanos 10:17 (PDT, NT-Pesh). Jesús dijo: “El que oye mi palabra… tiene vida eterna… los que escuchen, vivirán”, Juan 5:24-25.
- Creer en Cristo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”, Juan 3:16; Romanos 10:9.
- Arrepentirse de los pecados. “Si… no se arrepienten… perecerán…”, Lucas 13:5 (NBLH). “Arrepiéntanse… para que sus pecados sean borrados…”, Hechos 3:19 (NBLH); 17:30.
- Confesar a Cristo. “Si alguno se declara amigo mío ante la gente, yo lo declararé amigo mío ante mi Padre… Pero al que me niegue públicamente yo lo negaré delante de mi Padre…”, Mateo 10:32-33 (NT-BAD). “Cuando un individuo cree… y… confiesa ante los demás que tiene fe, asegura la salvación”, Romanos 10:10 (NT-BAD); Lucas 12:8-9; Hechos 8:37; Mateo 16:16.
- Bautizarse. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo…”, Marcos 16:16. “…Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y… ser bautizado… para el perdón de sus pecados…”, Hechos 2:38 (NTV); Romanos 6:3-4.
Ninguno de estos requisitos puede, por sí solo, salvar a una persona. Cada uno de ellos comprende o abarca a los demás. La persona que cumple con todos ellos “obedece al evangelio” (Romanos 10:16) y, por lo tanto se convierte en una nueva criatura, nace de nuevo (Juan 3:3-5); entra en el reino de Dios (Colosenses 1:13); es bautizado en un cuerpo (1ª Corintios 12:13), es agregado al Señor (Hechos 11:24) y a su iglesia, Hechos 2:47.1
El principio de todo: oír el evangelio
¡Cuán importante es que prediquemos el evangelio! Para comprender este aspecto analicemos las conversiones que se relatan en el libro de los Hechos.
Aquellos que se transformaron en discípulos de Cristo el día de Pentecostés fueron los que oyeron el evangelio predicado por Pedro, lo creyeron, se arrepintieron y fueron bautizados para el perdón de sus pecados, Hechos 2:37-41.
Los samaritanos “Cuando… creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios… se bautizaban…”, Hechos 8:12 (LBLA). Con el eunuco no fue diferente. “…Felipe le anunció el evangelio de Jesús… el eunuco dijo: “Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios… y Felipe… lo bautizó”, Hechos 8:35-38 (LBLA).
A Cornelio un ángel le dijo: “…Haz venir a… Pedro… él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú y toda tu casa”, Hechos 10:5 y 11:14. Pedro predicó, Cornelio escuchó, y él y toda su casa fueron salvados.
Si Pablo no hubiera predicado en Filipos, Lidia no se hubiera convertido, Hechos 16:14-15. Lo mismo sucedió con el carcelero de Filipos, Hechos 16:25-34.
Las Escrituras dicen de Crispo (jefe de la sinagoga), de toda su familia y de muchos corintios que: “oyendo la palabra, creían y se bautizaban”, Hechos 18:8 (N-C). El caso de los efesios no fue diferente: “al oír… se bautizaban…”, Hechos 19:5 (N-C). ¿Lo ves? Sin excepción, el oír el evangelio fue el primer paso de la conversión en el libro de los Hechos. Por eso, ¡la salvación de las personas depende de nuestra obediencia al mandato de predicar!